domingo, 30 de mayo de 2010

CRONICA DE VIDA




Alberto Gómez es uno de las tantas personas desplazadas de nuestro país, Alberto nació hace 30 anos en el Doncello Caqueta en una mediana finca, herencia de sus abuelos, donde vivía con su madre llamada teresa y su hermana llamada marina quien era 5 años mayor que él, y con su padre quién murió un 07 de marzo cuando el tenia tan solo 6 años. Aunque faltaba su padre, ellos su madre y su hermana trabajaban fuertemente cosechando café, plátano, y tenia algunas gallinas que le daban huevos, ellas vendían estos productos en los pueblos cercanos y así subsistían, mientras el estudiaba. Alberto solo hizo hasta quinto de primaria, Alberto refiere que no pudo continuar con sus estudios porque su madre ya estaba vieja, y su hermana no podía sola por lo cual el tuvo que salirse de estudiar para ayudarle a su hermana, “a mi eso no me molestaba esto además me gusta mucho sembrar café, y recoger el plátano, me encantaba subirme a los árboles para bajarlo y no me gustaba mucho el estudio, aunque en estos momentos me doy cuenta que es importante” refiere.

Un día común y corriente para él, sin saber que ese seria el día más triste y definitivo de su vida, mientras el estaba buscando maduros listos para bajar escuchos unos gritos en su casa, Alfredo dice que sintió un escalofrío en su cuerpo, bajo rápidamente del árbol y corrió lo mas rápido que pudo, entro a la casa busco a su madre en la cocina y a su hermana pero no se encontraban allí, las llamaba a gritos corriendo por toda la casa, hasta que vio a su madre, al lado del lavadero, llena de sangre en su cabeza. Alfredo refiere que se asusto y empezó a llorar, cogio a su madre y la “zangoloteó” dice él para ver si reaccionaba pero, ella no reaccionaba, era tanta la angustia que no se acordó de su hermana, hasta después de varios minutos se pregunto por marina, la busco pero no la encontró. Tan solo con quince años y sin saber que hacer. Salio corriendo de la casa para buscar a la hermana, pregunto a sus vecinos, y nadie sabia nada. Ya muy cansado y sin fuerzas decidió volver a la casa, pero al llegar el noto algo extraño, escucho ruidos y corrió alegre pensando que era su hermana marina, pero antes de entrar a la casa vio como 5 hombre, salio rápido de la finca pensando que eran las personas que mataron a su madre y se llevaron a su hermana que habían vuelto por él, dice “nunca supe quienes eran pero fue tanto el temor que decidí irme”.

En esos instantes él sintió que su vida estaba en peligro, la única reacción que tuvo fue correr por su vida, el continuo buscando a su hermana por todas partes, durmiendo en cualquier lado, aguantando hambre, un día en un pueblo vecino de Doncello, en búsqueda de su hermana, refiere - “un hombre me cogio fuerte del brazo, y me dijo sabe que chino , no la busque mas que su hermana ya esta muerta, sentí que en ese momento me iba a morir, pero el man se fue, la verdad me siento tan cobarde cada vez que recuerdo eso, porque no pude voltear para saber quien era , me dio mucho miedo”-.

En ese momento decidió irse para bogota, sitiándose uno más de los desplazados de este país, sintió que ya nada era lo mismo, sensación de impotencia que se apoderaba de su alma, su mirada albergaba cosas totalmente ambivalentes, tristeza, rencor, dolor, y al mismo tiempo ganas de luchar, de lo que era antes ya no quedaba nada.

Cuando Alfredo llego a bogota él tenia la esperanza de conseguir un trabajo en lo que fuera o de contar con la ayuda de alguna organización, pero para su sorpresa no encontró apoyo de nadie, la primera noche tras su inexperiencia en la ciudad. Tuvo que dormir en un parque, solitario. Al siguiente día inició una travesía en busca de trabajo o de ayuda pero no encontró nada, dice-“pedían una carrera y años de experiencia, y para lo único que yo estudie fue para vivir en mi tierrita”.

La ayuda que él buscaba jamás llegó, suplicar por un pan y llorar por un vaso de agua fueron acciones que no temió hacer y que se convirtieron en su rutina diaria durante casi un mes mientras todavía esperaba la llegada de aquella ayuda entonces se pregunto ¿Dónde estaban las entidades de ayuda en ese momento?. Al no haber trabajo, ni ayuda, ni un buen lugar sonde dormir sino en la calle, aguantando hambre y teniendo mal olor, encontró un recurso “en este momento no me siento orgulloso de lo que hice pero no tuve mas que hacer, pero quiero decir que yo nunca las consumí, Dios me ampare de eso” y fue la venta de droga convirtiéndose en su sustento y único ingreso. “Entonces ya tenia con que comer y podía pagar una pieza por noche para dormir y bañarme en la novena con tercera”.

Sin embargo refiere que continuo buscando trabajo por vario tiempo, por que no se sentía bien con lo que hacia, entonces empezó a trabajar en los buses, que era otro recurso adicional, en la pensión donde se quedaba consiguió amigos y enemigos. Un día un amigo le comento a un conocido estaba buscando gente para trabajar en obras de construcción, “yo no sabia nada de eso, pero con todo lo que había vivido, no me importaba trabajar en lo que fuera con tal de salir de esa olla, entonces mi amigo me recomendó y comencé como ayudante, el trabajo era pesado, pero era mucho mejor al que tenia, por lo menos era mas honrrado, y no estaba ignorando las enseñanzas de mi madre”.

Actualmente Alberto vive con su esposa en el barrio Santa Rosa, con su esposa y dos hijos, y en su trabajo refiere que le va bien que ya no es un simple ayudante sino, ya es maestrote construcción con mucho esfuerzo.

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